¿Cómo estáis? Estamos teniendo un comienzo de semana pasado por agua, así que no nos queda más remedio que aceptarlo porque nos hace mucha falta que llueva. Lo que pasa es que a veces te encuentras en mitad de la calle y te tienes que refugiar en un soportal como me pasó a mi ayer en plena Gran Vía, así que me metí en el Palacio de la Prensa porque me pilló sin paraguas, ¡ni nada de nada! Únicamente con mi look street:
No sabía si meterme en el cine o esperar a que terminase de llover:
Finalmente paró y di un salto de alegría porque la verdad es que me tenía que ir a estudiar:
En ese tiempo de espera me dio por pensar en «La Ley del mínimo esfuerzo» y me volví un poco filosófica. Así que me despido hasta el lunes que ya estaremos en Septiembre con esta reflexión:
«La inteligencia del Universo funciona con toda facilidad y despreocupación. La vida fluye naturalmente: los árboles crecen, los peces nadan…
Nadie es culpable de nada: La vida no es como debería de ser, sino como es. Hay que buscar caminos posibles: no insistir en situaciones que claramente no son para ti. Si el plan no funciona, hay que cambiar el plan pero no la meta. Mínimo esfuerzo, no es dejar fluir, sino fluir naturalmente con el Universo».
Un abrazo enorme con sonrisa
Norma
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